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Arquitectura saludable a través del concepto Passive House

Una casa pasiva, o passive house, es un tipo de vivienda que se construye con el objetivo de ser energéticamente eficiente y respetuosa con el medio ambiente.

Las Passive House son aquellas viviendas en las cuales su construcción y planificación está completamente ligada a la localización, elementos constructivos de primera calidad y usos arquitectónicos innovadores, sirviéndose de técnicas y energías renovables con el objetivo de obtener un ahorro energético de entre el 70% y el 90% en comparación con una casa convencional.

No se trata de un tema menor, puesto que una mala concepción material y conceptual provoca aquello que la Organización Mundial de la Salud definió en el año 1982 como el “Síndrome del edificio Enfermo” causante de molestias y enfermedades derivadas de una mala ventilación o una descompensación de temperaturas.

Por tanto, cada uno de los pasos desarrollados en el proyecto deberá ser cuestionado, estudiando sus consecuencias sobre la salud de sus habitantes. Mejorar las condiciones de habitabilidad de una vivienda previene enfermedades, aumenta la calidad de vida y mitiga el cambio climático.

Así lo confirma el informe “Who Housing and Health Guidelines” (Guías de Vivienda y Salud), publicado por la OMS en el año 2018 y donde se recogen algunas directrices sobre la vivienda saludable a aplicar e implementar para proyectar unas condiciones óptimas de habitabilidad y salud.

Abordar la concepción de espacios saludables a través del concepto Passive House:

1.UBICACIÓN DEL PROYECTO

Estudiar la ubicación del proyecto se hace indispensable para dotar de salud a los espacios. Aprovechar las horas de luz y energía solar es capaz de proporcionar una disminución del consumo así como la posibilidad del autoabastecimiento energético. No se debe perder de vista las referencias a la arquitectura saludable tradicional, donde el patio realiza la función de protección y frescura en épocas de alta exposición al sol, además de ser un fantástico renovador de aire y un excelente regulador bioclimático.

2.ESTRUCTURA DEL EDIFICIO

El esqueleto del edificio, la estructura, debe formar parte del concepto de huir del síndrome del edificio enfermo y ha abierto las puertas a estudiar sistemas efectivos para concebir espacios saludables. En la búsqueda de la huella de carbono cero, nos encontramos con sistemas estructurales fundamentalmente desarrollados en madera. Eso nos permite minimizar en un 15% de energía en el desarrollo de procesos idénticos con hormigón, además de reducir la huella de carbono que contribuye al calentamiento global puesto que el dióxido de carbono queda almacenado durante su vida útil y no se vierte al exterior. Si el metal fue el material estrella en la revolución industrial y el hormigón en el pasado siglo, la madera lo es del recién estrenado siglo XXI.

3.CALIDAD DEL AIRE

Obtener una óptima calidad del aire a través de la ventilación de todas las estancias conforma el epicentro de una arquitectura saludable, como bien versa el principio de este artículo. Se trata de un sistema pasivo de tradición arquitectónica que refuerza el concepto Passive House y resulta de gran apoyo para las tecnologías implementadas en la búsqueda de la eficiencia energética. El intercambio y renovación del aire interior se hace fundamental y con ello conseguimos reducir la humedad ambiental y aumentar su calidad eliminando gases contaminantes volátiles, descontaminando los espacios y aumentando el confort de sus habitantes. La implementación de elementos de ventilación deberá estar apoyada en sistemas sostenibles de calefacción y energía. Un claro ejemplo es la dotación de placas solares u otros alternativos como la aerotermia, un sistema limpio que extrae un 77% de la energía ambiental del aire y transformándolo en aire acondicionado en verano y calefacción en invierno, además de producir agua caliente durante todo el año.

4.AISLAMIENTO TÉRMICO

Todas estas disposiciones anteriores serían en vano si la vivienda no se encuentra resuelta con un aislamiento térmico de gran calidad. El modelo Passive House aboga por duplicar o triplicar el espesor de aislante térmico de las casas convencionales. Esto, unido a una correcta colocación, elimina los puentes térmicos ya que la vivienda es envuelta de manera continua como si de un traje se tratase, de tal manera que queda garantizada la estabilidad térmica de la misma, además de la posibilidad de ahorrar hasta en un 90% el consumo de energía de climatización necesaria. En la concepción de una Passive House no es descartable, siempre que sea posible, implementar cubiertas verdes que, además de absorber el agua de lluvia y actuar como un aislante natural, son unas perfectas purificadoras del aire exterior.

5.INSTALACIÓN ELÉCTRICA

Un óptimo diseño de la instalación eléctrica no debe ser obviado y ha de responder a alejar los cables de las zonas de descanso, siendo recomendable concebirlos en forma de estrella o circular, disipando de esta manera los campos eléctricos de las zonas de estancia. En esta línea de trabajo, y muy en consonancia con el conocimiento generado alrededor de la Passive House, hay materiales y tecnologías al alcance que pueden aportar soluciones eficientes, como utilizar cableado blindado o instalar bioswicth, el cual, a través de un sistema de corte del suministro eléctrico en el momento donde no existen consumidores, ayuda a reducir los campos eléctricos generados por la instalación eléctrica de la vivienda.

6.CONFORT VISUAL Y ACÚSTICO

Y por supuesto, primordial no dejar pasar la reflexión sobre el tratamiento de los espacios interiores, donde se desarrollan la gran mayoría de las actividades domésticas. Por tanto, parámetros como la luz, los tonos cromáticos o la materialidad, serán los encargados de proporcionar sensaciones positivas para potenciar un sentimiento de bienestar y respirar en el hogar. La iluminación a través de las ventanas y huecos concebidos para ello, son elementos de suma importancia en el proyecto debido a su función protectora y aislante, cuidando la higiene visual y acústica. El hecho de diseñar con la luz, llevará a poder adaptar estancias y elegir diferentes acabados que no hagan sino ensalzar lo proyectado en la misma línea saludable. Contar con materiales naturales como pueden ser la piedra o la madera, capaces de generar iones negativos saludables, poseen una función de reducción de la electricidad estática demostrada, provocando así la minimización de las posibilidades del riesgo de aparición de irritabilidad y dolores de cabeza.

Estas cuestiones no son elegidas al azar, sino que tanto la OMS como la Universidad de Harvard coinciden en cada uno de los puntos anteriores que hacen de los espacios un refugio de salud. Resulta evidente que debemos tratar de mantener nuestras viviendas sanas, ya que, más de la mitad de nuestras vidas las pasamos en ellas y es por ello que se hace fundamental dotarlas de los recursos necesarios para ello. ¿Cómo conseguirlo? A través de algo que parece tan simple como concebir espacios saludables diseñados, biológicamente y arquitectónicamente, para vivir.

Fuente: TerraPilar

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