Decenas de países de todo el mundo ya han prohibido el uso de asbesto en el sector de la construcción civil. Barata de extraer y abundante en la naturaleza, es una fibra natural utilizada para fabricar depósitos de agua, aislamientos, tabiques, tejas y elementos decorativos. Sus propiedades incluyen una gran flexibilidad y alta resistencia química, térmica y eléctrica, lo que lo convierte en un material aparentemente ideal. Sin embargo, hay evidencia científica que relaciona la exposición al asbesto con varios tipos de cáncer, así como con la asbestosis, cuando las fibras del mineral se alojan en los alvéolos pulmonares, comprometiendo la capacidad respiratoria. El caso del asbesto muestra cómo ciertos materiales de construcción pueden –de repente o no– convertirse en un recuerdo lejano por sus impactos negativos. Además de los efectos sobre la salud, actualmente está bajo presión el uso de materiales con un alto consumo de energía o hechos de materias primas raras, ya que los expertos llaman a reducir su uso o hacer que sus métodos de fabricación sean "más verdes". ¿La penalidad? Desapareciendo en un futuro próximo, convirtiéndose en uno más en la lista de materiales de construcción prohibidos. En este artículo profundizamos en algunos de estos materiales y cuáles son sus riesgos.
¿Cuáles son los materiales que desaparecerán?
El caso del asbesto muestra cómo ciertos materiales de construcción pueden –de repente o no– convertirse en un recuerdo lejano por sus impactos negativos.
Por riesgos para la salud
Además del mencionado e infame asbesto, existen algunos otros materiales que pueden causar intoxicaciones y enfermedades, y para los cuales algunos países ya han creado una legislación más estricta en cuanto a su uso. Incluyen, entre otros:
- Pintura a base de plomo: En forma de pigmentos, el plomo es un elemento que se agrega a la pintura para acelerar su secado, aumentar su durabilidad y resistencia a la humedad y la corrosión. Aunque está permitido en ciertos países, puede causar daños graves al sistema nervioso y los riñones, así como retrasos en el desarrollo de los niños.
- Formaldehído: Gas incoloro de fuerte olor característico y altamente inflamable, presente en resinas en MDF y tableros de partículas, así como en muchas otras industrias. El formaldehído puede causar irritación en la piel, los ojos, la nariz y la garganta, y los altos niveles de exposición pueden causar algunos tipos de cáncer.
- PVC: Ampliamente utilizado en tuberías de agua, puede liberar químicos altamente tóxicos cuando se quema.
- Materiales aislantes tradicionales: la fibra de vidrio y la lana mineral, por ejemplo, pueden presentar algunos riesgos para la salud, como irritación de la piel y el sistema respiratorio, e incluso contaminación del aire interior por formaldehído y fenol. Además, hay estudios que relacionan la inhalación de fibra de vidrio con un mayor riesgo de cáncer de pulmón.
Por riesgos ambientales
- Adhesivos y selladores de base química: además de los impactos negativos en la calidad del aire interior y la salud humana, los adhesivos y selladores de base química también pueden tener impactos ambientales significativos, como la liberación de contaminantes del aire e incluso la contaminación del agua durante su proceso de producción. Debido a que generalmente son a base de petróleo, esto también puede contribuir al agotamiento de los recursos naturales y la degradación ambiental.
- Tejas asfálticas: Las tejas asfálticas a base de petróleo –un recurso no renovable– son ampliamente utilizadas en ciertas regiones por su bajo costo y adecuado desempeño. Sin embargo, conllevan varios impactos ambientales negativos, como los ya mencionados anteriormente, además de la formación de islas urbanas debido a la alta absorción de energía solar.
- Plásticos reforzados con fibra de vidrio: utilizados en tejas, paneles decorativos, sistemas de aislamiento térmico y eléctrico, la producción de estos materiales implica el uso de muchos productos químicos, que liberan humos y polvos muy tóxicos. También requieren mucha energía para producir (lo que contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero y al cambio climático) y no son biodegradables.
- Metales no reciclables: la producción de acero consume mucha energía y contribuye significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero y al cambio climático. Si bien el acero ahora se recicla ampliamente, hay algunos metales que pueden ser difíciles de reciclar, como el acero que contiene altos niveles de elementos de aleación como cromo, níquel y molibdeno. Además, cuando se contamina con otros materiales como adhesivos, pinturas o revestimientos de otros materiales, esto puede hacer que el proceso sea más difícil e incluso inviable en ocasiones. Por ello, es importante prestar atención a la clasificación y destino correcto del acero a reciclar, así como evitar el uso de elementos que puedan dificultar y encarecer el proceso.
- Concreto: Ya hemos hablado mucho sobre los impactos ambientales (costos de energía, emisiones de gases, alto consumo de agua y materias primas, etc.) de la producción de concreto en la sección de Materiales de ArchDaily, sus dificultades en la reciclabilidad y, sobre todo, cómo la humanidad sigue siendo muy dependiente de este material de construcción. Aunque es casi imposible pensar en un mundo completamente sin hormigón, es muy probable que tengamos que pensar en métodos para hacer que la producción de hormigón sea más sostenible. Esto puede implicar hacerlo más duradero o cambiar algunos de sus componentes para mejorar su huella ecológica.
Si bien la industria de la construcción tiene un impacto muy alto en el medio ambiente e incluso en la salud de las personas, los arquitectos juegan un papel crucial en la búsqueda de materiales más seguros y ambientalmente responsables para sus ocupantes, moldeando el entorno construido para que se convierta en un agente de cambio positivo. Además, los diseñadores pueden abogar por métodos y materiales más sostenibles, educando a la sociedad en general sobre sus peligros y los beneficios de los materiales naturales o de bajo impacto para el medio ambiente y nuestra salud; y el cambio comienza con la información.
Fuente: Archdaily