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Viviendas eficientes, tu casa puede ser una de ellas

No es magia lograr viviendas eficientes y tampoco es fruto de una gran inversión en aire acondicionado y ventiladores

¿Has sentido alguna vez ese frescor tan agradable al entrar en un típico patio andaluz en Granada, en pleno mes de agosto?

Créeme, no es magia, y tampoco es fruto de una gran inversión en aire acondicionado y ventiladores.

En la arquitectura tradicional se llevaba más que ahora mirar a nuestro alrededor, reflexionar y adaptar las construcciones al clima y a la naturaleza: eran conscientes de que algunas veces es necesario protegerse del frío y del sol y pero otras es más interesante más aprovechar la brisa fresca de la noche para enfriar las habitaciones tras el calor del día. Sabían cómo utilizar el clima para sentirse a gusto.

Y ahora, ¿dónde está la arquitectura bioclimática?

Ahora, al entrar en algunos edificios modernos te das cuenta de que nos hemos olvidado de las bondades de la arquitectura bioclimática de golpe. Da igual cómo estén hechos los muros si el aspecto es bonito, da igual que en verano te achicharres dentro y en invierno no puedas separarte del abrigo. Pero eso sí, lo solucionamos bien rápido: aire acondicionado y calefacción a demanda. Y ¿qué pasa si después no podemos pagar la factura de la luz? Me da la sensación de que hemos perdido el norte.

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Por eso es fundamental que si quieres hacerte una casa de madera debes ponerte en manos de quien sepa elegir un buen aislamiento, colocar láminas de protección para evitar condensaciones e infiltraciones… En manos de quien valore que la inversión en una envolvente de calidad va a ser una de las mejores decisiones de tu vida.

Si una vivienda tiene la envolvente perfecta pero la colocas de cualquier forma en el terreno pierdes muchas oportunidades.

El confort no depende sólo de nuestro cuerpo

Cuando entramos a vivir en nuestra casa lo que queremos, por encima de todo, es sentirnos confortables. Y para conseguirlo deberemos diseñar acorde a a lo que nos rodea: la naturaleza.

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Además de ponerle a nuestra casa unos buenos muros y una cubierta excelente, es básico tener presentes los factores naturales externos a nosotros que influyen en nuestra sensación de confort:

  • La temperatura
  • La humedad
  • El viento
  • El sol

Estos factores varían dependiendo de cuál sea la localización y el entorno de la finca que acabas de comprarte.

No es lo mismo construir una casa en la costa de Corralejo, en Fuerteventura que hacerlo en Galicia. Y dentro de construir una casa de madera en Galicia existen muchos matices: las montañas nevadas de O Cebreiro, la costa templada de Vigo o la ventosa Coruña. Por este motivo yo no soy muy partidaria de los diseños cerrados de casas prefabricadas: no tienes la libertad para adaptarte a las condiciones específicas del entorno de una forma eficiente.

LA TEMPERATURA Y LA HUMEDAD

Los valores de humedad relativa y de temperatura media, máxima y mínima de un lugar son los que nos ayudan a elegir las diferentes capas de la envolvente. Nos ayudarán por ejemplo a conocer exactamente cuál es el espesor de aislamiento idóneo para tu zona, porque 10cm de aislamiento quizá no sean suficientes para que te sientas a gusto en el interior.

También podemos saber antes de construirlo cómo se va a comportar el muro formado por distintas capas y si existe la posibilidad de que aparezcan condensaciones intersticiales en los meses más fríos. Éste es uno de los trucos para diseñar una envolvente adaptada totalmente a las características únicas de tu parcela.

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EL VIENTO

Si un día de primavera, de ésos en los que hace sol y nos empeñamos en ir en manga corta porque estamos impacientes porque llegue el verano, nos sentamos a tomar algo en una terraza y de repente aumenta la velocidad del viento, sentiremos más frío. Del mismo modo si limitamos la exposición de nuestra vivienda al viento en los meses de invierno,también reduciremos el gasto en calefacción.

En Galicia, por ejemplo, los vientos dominantes de otoño e invierno, que con frecuencia llegan asociados a temporales, suelen llevar dirección Sur y Suroeste. Es un dato que necesitaremos tener en cuenta para elegir el acabado de la fachada de las zonas expuestas y la posición adecuada de los accesos a la vivienda. Conocer la velocidad y dirección del viento dominante en cada época del año también nos ayudará a aprovechar las brisas de verano para ventilar de forma natural el edificio.

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EL SOL

Es nuestra principal fuente de energía. Calienta de forma gratuita las estancias de nuestro hogar en invierno. Pero en verano esta ventaja puede convertirse en un inconveniente haciendo subir de forma excesiva la temperatura interior. Para beneficiarnos de la energía que el sol nos proporciona gratis debemos saber cuál es la orientación de nuestra finca.

Como las condiciones climáticas van cambiando es necesario hacer un análisis de la carta solar de todo el año. Así sabremos hasta donde llega la sombra de la casa del vecino o la de los árboles de la parcela de enfrente.

Con los valores de los ángulos de inclinación solar en los distintos meses del año podremos diseñar voladizos y aleros que nos protejan del sol en el verano y, al mismo tiempo, podremos sentarnos en el sofá en enero para disfrutar de los rayos de sol invernales.

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La naturaleza, una herramienta de diseño

Estoy convencida de que debemos manejar estos factores climáticos en la fase de diseño del mismo modo que tenemos en cuenta el intereje de la estructura de madera de la cubierta o la altura de los tableros estructurales del entramado. Sólo de esta forma seremos capaces de diseñar casas pasivas muy eficientes adaptadas a la naturaleza y que sacan el máximo partido de ella.

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Esta imagen pertenece a uno de los últimos análisis bioclimáticos que hemos realizado y quiero compartirla contigo para que veas hasta qué punto es importante.

Con el estudio del soleamiento de la finca y la trayectoria del sol en los distintos momentos del año (solsticios de verano e invierno y equinoccios de primavera y otoño) obtenemos los datos indispensables que nos permitirán diseñar un edificio confortable.

Sabremos cuál es la orientación idónea para aprovechar mejor cada espacio, podremos decidir dónde vamos a abrir huecos hacia las mejores vistas evitando el sobrecalentamiento de las estancias y la piscina estará situada en el mejor lugar para que no nos estorben las sombras de los vecinos. Sólo así seremos capaces diseñar el edificio más confortable aprovechando de forma eficiente los recursos del entorno.

Espero que tú también seas consciente de todo el partido que puedes sacarle a tu finca.

Hasta pronto,

Fuenter de la información: The Cambium Design

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