Podemos imaginar que los techos de los edificios han sido siempre de madera, fabricados con ramas y troncos, cubiertos por elementos vegetales. ¿Por qué ha llegado la construcción en techos de madera hasta hoy? El noble material de la madera ha sido durante siglos el más accesible, transformable, cálido y acogedor, sobre todo para viviendas.
No es ninguna tontería que haya permanecido con nosotros hasta hoy (¡y por muchos siglos más!). Gracias a estructuras de madera en los techos, aún hoy se mantienen auténticas maravillas. ¿Recuerdas la doble cúpula de Brunelleschi en la Catedral de Florencia? En 2020 ha cumplido 600 años ¡Con su madera intacta! El arquitecto italiano ideó una estructura de madera a modo de esqueleto para construir una doble cúpula que soportase el peso de los ladrillos y coronase la catedral ¡Un auténtico techo de madera!
La madera aporta no solo calidez sino también robustez. Desde establos a palacios, a lo largo de la historia la madera ha sido un material abundante, económico y fácil de transportar. Entre sus beneficios, también se contaba con una fácil instalación o reparación y sustitución, en caso de ser necesario; así como su aislamiento térmico y acústico. Con el paso de los años, el arte de los techos de madera, no solo se desarrolló en la ejecución de labrados sino también en decoración policromada, con pinturas de colores. Hoy son muchos los edificios que, ante una obra, deciden conservar los techos centenarios y protegerlos, para lograr que joyas así, perduren.
Cuidados de los techos de madera
El cuidado de un techo de madera depende no solo de su antigüedad, sino de su tipología: desde falsos techos, hasta los propios techos de madera en sí, tanto de interior como de exterior.
Falsos techos de madera
Los falsos techos de madera son decorativos y entre sus ventajas están el aislamiento acústico y térmico; así como la facilidad para ser desmontado. Suelen ejecutarse en maderas blandas con poco peso: pino, álamo o castaño.
Al tratarse de un falso techo, se pueden proteger mejor, con aislantes. Así, la madera sufrirá menos. El principal problema sería su mantenimiento, frente al polvo, la luz, etc. Se puede limpiar con un cepillo con las cerdas suaves o un paño, sin impregnar de aceites. Los aceites dejarán la madera pegajosa y atraerán la suciedad. Lo mejor será aplicar una cera específica.
Techos de madera de interior
Los techos de madera de interior aportan gran calidez (literal y figuradamente). Aislan mucho térmicamente y contribuyen al ahorro energético. Suelen ejecutarse en maderas nobles, muy agradables a la vista, como caoba, cerezo y haya.
En este caso, además de aplicar los cuidados anteriormente explicados con los falsos techos de madera, se recomiendan otros cuidados extra para techos macizos o vigas de madera interiores. La madera de techos interiores es vulnerable a los hongos e insectos como las termitas o carcomas. Por eso ha de revisarse con frecuencia el estado de las vigas, sobre todo las del baño y la cocina, ya que debido a la falta de ventilación son las que suelen también acumular mayor humedad.
Techos de madera de exterior
Los techos de madera en espacios exteriores, son estructuras versátiles que aportan grandes opciones. El inconveniente es su exposición a las inclemencias climáticas. Suelen estar ejecutados en maderas duras que resisten mucho: teca, cedro y nogal.
La exposición al sol, la humedad de la lluvia y los insectos, obliga a cuidar la madera de techos de madera de exterior inevitablemente: el aceite de teca y los insecticidas son una buena opción de cuidados para techos de madera exteriores.
Se deberá tratar de identificar de dónde proviene la humedad. Lo normal es que provenga de canalones o bajantes bloqueados por las lluvias y las hojas de los árboles. Si sospechas que tu techo de madera exterior puede estar podrido, prueba a pincharlo con cuidado y de forma poco agresiva, con un objeto punzante como una navaja y así saldrás de dudas. En caso afirmativo, se recomienda acudir a un profesional para resolverlo. No siempre es necesaria la sustitución de la madera.
Se recomienda la consulta profesional siempre, antes de aplicar productos químicos, ya que éstos solamente eliminarán los síntomas del problema, pero no eliminarán la causa. El tratamiento químico, además de agresivo, puede ser innecesario si la fuente de la humedad se ha eliminado y la madera se ha secado. Por ejemplo: si el problema fuese provocado por un canalón atascado, desatascarlo y poner remedio para que no suceda más sería lo mejor, o bien permanecer más activo en las tareas de desatasco, hará que el problema se solucione.
Fuente: Wood is wood