A pesar de que el poliuretano es un material muy presente en la vida cotidiana en diversas formas y de que tiene el reconocimiento de la mayoría de los profesionales de la construcción como producto aislante de altas prestaciones, hoy en día todavía se encuentran algunos comentarios sin justificación ni base documental, que generan confusión entre algunos profesionales del sector, en este caso relativos a su sostenibilidad.
Poliuretano: el mito y la realidad sobre su durabilidad
Precisamente, la durabilidad es una de las principales características de los productos aislantes de poliuretano frente a otras soluciones de aislamiento.
Con la finalidad de aclarar las dudas que puedan surgir sobre los productos aislantes de poliuretano hemos identificado esos “mitos” y a continuación exponemos la realidad de los productos aportando justificación documental contrastada.
El mito…
“Me han dicho que el poliuretano se degrada y desaparece con el tiempo ”.
… y la realidad:
- La durabilidad es una de las principales características de los productos aislantes de poliuretano.
- La durabilidad depende de las condiciones de uso del producto.
- La durabilidad depende del uso previsto del producto y de sus condiciones de servicio.
- La durabilidad del poliuretano garantiza las prestaciones térmicas de los elementos constructivos y por tanto la eficiencia energética del edificio a lo largo de su ciclo de vida.
- La durabilidad del poliuretano reduce su impacto ambiental porque no exige su sustitución y reposición en caso de rehabilitación.
Los mitos sobre la durabilidadLa durabilidad es una de las principales características de los productos aislantes de poliuretano
Junto con la eficiencia, la durabilidad es una de las características que diferencian claramente a los productos aislantes de poliuretano. Su estructura celular interna garantiza la estabilidad del producto a lo largo del tiempo y el mantenimiento de sus prestaciones como aislamiento inalteradas.
La durabilidad depende de las condiciones de uso del producto
La durabilidad de un producto se define como su capacidad para mantener su comportamiento requerido a lo largo de un tiempo, dado o prolongado, bajo la influencia de acciones previsibles. Sujeto a mantenimiento normal, un producto deberá permitir trabajos diseñados y ejecutados adecuadamente para cumplir los requisitos esenciales durante un período de tiempo económicamente razonable (vida útil del producto).
La durabilidad, por tanto, depende del uso previsto del producto y de sus condiciones de servicio
La evaluación de la durabilidad puede relacionarse con el producto como un todo o con sus prestaciones, en la medida en que estas juegan un papel significativo respecto al cumplimiento de los requisitos esenciales. En cualquier caso, la asunción que subyace es que el comportamiento del producto se mantendrá en un nivel aceptable en relación con su comportamiento inicial, a lo largo de su vida útil.
La durabilidad del poliuretano garantiza las prestaciones térmicas de los elementos constructivos y por tanto la eficiencia energética del edificio a lo largo de su ciclo de vida
La durabilidad de los productos aislantes tiene un impacto significativo sobre los costes del ciclo de vida de un edificio. Alrededor del 70% de estos costes está relacionado con la fase de uso del edificio, correspondiendo la parte más significativa a la inversión en calefacción y refrigeración. Si el producto aislante no mantiene sus características de comportamiento a lo largo del tiempo y la transferencia térmica a través de la fachada del edificio aumenta, los costes de energía pueden crecer sustancialmente.
La reparación o sustitución del producto aislante, antes del final de su vida útil estimada, entrañará costes adicionales significativos ya que, a menudo, la capa de aislamiento no es fácilmente accesible.
La durabilidad del poliuretano reduce su impacto ambiental porque no exige su sustitución y reposición en caso de rehabilitación
El comportamiento ambiental de los productos de construcción puede subdividirse en impactos de su producción, de su uso y de su final de vida. La fase de uso del edificio supone alrededor del 80% de su impacto ambiental global. Por tanto, el período durante el cual el aislamiento puede mantener sus prestaciones declaradas afecta al comportamiento global de un edificio.
Si la vida de un edificio se estima en 50 años, pero el aislante debe sustituirse transcurridos 30 años porque ha adquirido demasiado polvo o humedad en su interior, descolgándose o asentándose como para deteriorar su aspecto y estabilidad, supondrá que el impacto ambiental de la vida útil de ese aislamiento se duplica para ese edificio. Alternativamente, si no se sustituye el aislamiento, la demanda de energía del edificio aumentará y los niveles de confort caerán. Obviamente, esto afectará también al comportamiento ambiental global.
Fuente: IPUR