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El internet de las cosas IOT en el ámbito del diseño y la arquitectura

El IoT está cambiando nuestra manera de relacionarnos con los espacios que habitamos y transitamos la vida.

El IoT está cambiando la manera en que las personas se relacionan con su ambiente físico en las ciudades, hogares y espacios de trabajo. El Internet de las cosas es un sistema interconectado de dispositivos informáticos, artefactos, objetos e incluso animales, que a través de identificadores únicos (UID) son capaces de transferir datos a través de una red en forma automática. Ahora bien, esta definición es muy amplia, y aplica para distintos casos que pueden ser muy diferentes entre sí, como:

  • un sistema de calefacción que se conecta a internet para que el usuario pueda regular la temperatura con su smartphone u otro dispositivo digital;
  • un animal con un biochip que envía su ubicación a un sistema de seguimiento;
  • un vehículo con sensores para alertar al conductor cuando la presión de las llantas es baja;
  • un sistema de seguimiento y seguridad en el ámbito urbano de espacio público;
  • o cualquier otra cosa natural o artificial al que se le pueda asignar una dirección IP para enviar datos a través de una red.

Día a día aparecen nuevos dispositivos capaces de conectarse a internet y transmitir información: cerraduras, luces, tostadoras, heladeras, cafeteras, alarmas, cámaras de seguridad, detectores de humo, relojes, termostatos, altavoces inteligentes, televisores; la lista sigue. En términos generales, de lo que se trata es de transformar estos objetos en recursos inteligentes, conectándolos a una infraestructura compartida que facilite la gestión e interacción de las personas con ellos.

¿Cuál es el rol de la arquitectura en esta revolución?

Los arquitectos podemos capitalizar las ventajas que ofrece esta hiperconectividad para crear espacios funcionales que hagan un mejor uso de los recursos y permitan a los habitantes alcanzar un mayor nivel de confort. En ese sentido, el internet de las cosas se encuentra en el corazón de varios sistemas que pueden aportar soluciones para el usuario y que es importante tener en cuenta, tanto desde el punto de vista del diseño como de la práctica.

A continuación mencionamos algunas aplicaciones que ejemplifican esto, y que ya se están implementando en distintos lugares del mundo.

1. Edificios inteligentes

Los edificios inteligentes son construcciones dinámicas que responden activamente a las condiciones cambiantes del ambiente, aprovechando la tecnología para medir, analizar y generar eficiencia en la construcción, atender procesos de deterioro, y mejorar el uso de los espacios a través de la interacción con los usuarios.

Sin dudas se trata del campo de aplicación más prometedor para el IoT, ya que este tipo de edificaciones hace un uso intensivo de sensores ambientales para medir la temperatura, el flujo de aire, la humedad, el CO2, la ocupación y la densidad de ocupación, entre otras cosas. De esta manera es posible crear espacios de trabajo colaborativos altamente eficientes y de alta capacidad, en los que un sistema inteligente interactúa, aprende y se adapta para mejorar la calidad de vida de las personas.

Los edificios inteligentes también se caracterizan por ser amigables con el medio ambiente, particularmente en lo que respecta a su eficiencia energética. En efecto, muchos utilizan energías renovables como fuente complementaria de energía, y aprovechan la luz natural para calefaccionar a partir de modelos pasivos de acumulación de energía; algunos también incorporan sistemas de tratamiento del agua de lluvia, para aprovecharla en el riego y los circuitos sanitarios.

2. Viviendas inteligentes

Una casa inteligente aprovecha la tecnología IoT para conectar artefactos y componentes técnicos en un sistema unificado, simplificando el uso de todos los equipos en pos del confort, la seguridad y el placer de sus habitantes.

Este sistema unificado es capaz de conectar un smartphone a las cerraduras de puertas, las cámaras de vigilancia, las luces interiores y exteriores, los televisores, el termostato, la heladera, y otros dispositivos inteligentes. ¿Qué ventajas ofrece?

En primer lugar, puede maximizar la seguridad del hogar, ya que facilita el control remoto de cerraduras, cámaras de vigilancia y sensores de movimiento, pudiendo recibir advertencias en su teléfono cada vez que se detecta alguna actividad sospechosa.Por otro lado, esta tecnología ayuda a brindar una mayor autonomía a las personas mayores, posibilitando que puedan vivir solas o con mínima asistencia. Una casa inteligente puede ayudar a recordarles tomar la medicación, rastrear sus hábitos, y contactar al hospital en caso de accidentes. Finalmente, está el confort. Bien diseñada, una casa inteligente permite a sus usuarios una mayor comodidad, centralizando la gestión de dispositivos y funciones para que sus habitantes puedan administrar los espacios más fácilmente, adaptándolos a diferentes actividades y usos.

Hoy en día, el diseño inteligente aplicado en las viviendas se ha convertido en un sistema ideal para equipar, tecnológicamente, cualquier espacio de manera segura y funcional.

3. Construcciones inteligentes

El internet de las cosas también puede utilizarse durante un proyecto constructivo. Tanto los arquitectos como los ingenieros pueden tener una mayor trazabilidad de todos los procesos gracias a la conectividad entre las oficinas y el terreno de construcción, mientras que el personal de obra se beneficia a partir de una mayor seguridad y precisión en su trabajo.

Un uso habitual es el de los sensores en obra, que ofrecen información actualizada en tiempo real sobre el desarrollo de los trabajos. En algunos casos, su instalación dentro del hormigón es especialmente útil para detectar defectos y prevenir accidentes, sobre todo cuando se trata de estructuras como puentes y túneles.

Otra aplicación enormemente útil es el monitoreo permanente de las condiciones ambientales para evitar que una tormenta fuerte perjudique los materiales o genere accidentes. Esto es particularmente valioso en zonas donde el clima cambia rápidamente y con intensidad.

Finalmente, tenemos el seguimiento por GPS de los vehículos que transportan los materiales, la ubicación rápida de equipos y herramientas, o el uso de sensores para realizar mantenimiento predictivo, entre otros.

Los arquitectos del internet de las cosas

Como arquitectos, nuestro rol profesional siempre se encuentra en tensión entre las nuevas tecnologías y las prácticas tradicionales. Sin embargo, la apertura hacia una práctica diferente, exploratoria y curiosa de los desafíos que tenemos por delante, puede ser la razón que nos lleve a descubrir nuevas e importantes oportunidades de negocio, capitalizando la innovación para beneficio de nuestros clientes y, al mismo tiempo, nuestra profesión.

El internet de las cosas está evolucionando rápidamente, y cada vez más objetos se vuelven “inteligentes” a partir de su estado de conectividad permanente. Muchos de ellos son nuevas versiones de cosas ya conocidas como una heladera, o una puerta pero otros probablemente nos lleven a replantearnos el modo de pensar los espacios y la manera en que los habitamos.

La clave, creo, es no cerrar los ojos a lo que viene, sino asociarse con otras personas que compartan nuestra visión para seguir adelante y ser protagonistas de todos estos cambios. En echeverrimontes estamos atentos a ello.

Fuente: Echeverri Montes

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