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La iluminación natural y la bioconstrucción

La iluminación natural baña de tonos amarillos, verdes y azules el interior de las habitaciones. La mezcla de la luz con los matices propios de la tierra.

La bioconstrucción siempre ha propuesto diversas y creativas formas de generar el adecuado transitar de la luz, siguiendo la premisa de trabajar acorde con el medio ambiente y considerando lo que esté a la mano o incluso con la incorporación de elementos reciclados para dar forma al espacio habitable. Algunos exponentes han integrado la iluminación natural con la bioconstrucción. En sus propuestas han agregado botellas de vidrio recicladas ancladas con alambre a edificaciones de tierra. Estos elementos crean composiciones que asemejan vitrales multicolores con cualidades aislantes por el aire que contienen. Adaptar materiales de este tipo genera construcciones económicas y con una estética particular.

La iluminación natural baña de tonos amarillos, verdes y azules el interior de las habitaciones. La mezcla de la luz con los matices característicos de la tierra y las distintas composiciones geométricas que permiten las botellas generan diseños únicos de forma simétrica, radial o en espiral. Un ejemplo de lo que se puede lograr al considerar materiales que no se encuentran en la gama convencional y que se pueden integrar al espacio de manera eficaz, contemplando tanto los requerimientos del usuario final como las urgentes exigencias del planeta.

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Para iniciar cualquier diseño la orientación es fundamental y debe tomar en cuenta la topografía del sitio, las sombras de los elementos cercanos, los materiales, la vegetación y las actividades a realizar.

La correcta ubicación de los vanos en los muros produce espacios bien iluminados y ventilados. Cuando se implementan técnicas de bioconstrucción estos requieren un análisis previo que varía según su ubicación y tamaño.

En el caso del adobe es importante considerar las partes clave que rodean a la ventana, esta debe ser reforzada en su parte superior con un dintel de madera que sea más largo que el vano buscando repartir las cargas a los lados, así como un repizón de ladrillo en su parte baja. Elementos que trabajan en armonía, que tienen una función primordial y que generan la composición arquitectónica de diversos pueblos y localidades del país.

Para el caso de la tierra amasada o “Cob”, que se refiere al uso de tierra mezclada con paja y agua y colocada en forma de esferas una sobre otras, es recomendable usar un marco de madera previamente elaborado con crucetas de refuerzo y clavos como anclaje. Es importante considerar todos los vanos desde el inicio para evitar su modificación al terminar la obra.

En las ventanas proyectadas en muros construidos con la técnica de la tapia, que se refiere al uso de material compactado y confinado en cimbras de madera, se pueden generar variantes interesantes como muros abocinados y aberturas de distintos tamaños.

Por último, en el caso de los muros de bajareque, que se refiere a la elaboración de entramados naturales recubiertos con capas de tierra, se deben considerar los vanos desde la elaboración de los soportes y marcos. También se puede utilizar el entramado sin mezcla haciendo la función de persianas.

Derivado de la crisis climática en la que nos encontramos inmersos han aparecido diversas alternativas sustentables, opciones que permean una gran cantidad de actividades cotidianas en las que la construcción no es la excepción. Desde sencillas casas de campo hasta complejos centros educativos la industria ha migrado a prácticas que sitúan como eje principal al medio ambiente. Universidades, arquitectos e ingenieros de todos los continentes se han interesado por sistemas constructivos que implementen materiales naturales de la región. Cada vez más proyectos de la escena internacional integran variantes de bioconstrucción. Desde muros decorativos y mobiliario hasta cubiertas y elementos estructurales estas técnicas han mostrado su capacidad y resistencia y representan el legado cultural de varias civilizaciones alrededor del mundo con miles de años de antigüedad.

Este tipo de edificación puede ser implementada incluso por los futuros habitantes o colaboradores de la región, trabajando en conjunto y combinando criterios y tipologías. Un enfoque caracterizado por resolver problemáticas con los recursos que ofrece el sitio, opuesto a la visión de la construcción convencional.

El valioso criterio de los bioconstructores es parte fundamental en todo el proceso, una correcta combinación de arcillas, fibras y demás elementos naturales permite dar forma a muros, entrepisos y techumbres que trabajan en conjunto para absorber las fuerzas a las que se somete el edificio. Construir con tierra implica un profundo conocimiento del material y del clima.

Al igual que cualquier sistema convencional la bioconstrucción tiene limitantes que se subsanan desde el diseño, considerando la satisfacción total de las necesidades de los usuarios. Este último rubro es de vital importancia para la conformación de un espacio habitable y es también donde la iluminación toma relevancia y se hace partícipe en los vanos, patios, terrazas y techumbres, dibuja sombras y crea matices que dan forma a la vivienda, participa como pieza fundamental de todo proyecto arquitectónico.

Fuente: Iluminet

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