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Iluminación: ¿Porqué no existen sombras en los quirófanos?

Una iluminación uniforme y sin sombras permite que los cirujanos puedan trabajar con mayor precisión.

La iluminación en los quirófanos es un factor crítico para el éxito de cualquier procedimiento quirúrgico que permite a los cirujanos y al personal médico visualizar claramente el campo operatorio, lo que reduce el riesgo de errores y complicaciones.

Inicialmente, se utilizaba la luz natural y fuentes de luz limitadas como velas y lámparas de aceite. Con el tiempo, se introdujeron lámparas de gas y, finalmente, la invención de la bombilla incandescente por Thomas Edison revolucionó la iluminación quirúrgica al proporcionar una luz más brillante y constante.

En 1919, Louis Verain diseñó la primera lámpara cialítica, una lámpara quirúrgica especializada que proporcionaba una luz intensa y sin sombras en el campo quirúrgico. Estas se convirtieron rápidamente en un elemento esencial en los quirófanos modernos.

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Lámparas cialíticas: la clave para una iluminación sin sombras

Las lámparas quirúrgicas, también conocidas como lámparas cialíticas, son dispositivos de iluminación diseñados específicamente para proporcionar una luz óptima y constante durante los procedimientos quirúrgicos. Su función principal es iluminar el campo quirúrgico de manera uniforme, permitiendo a los cirujanos visualizar claramente objetos pequeños y de bajo contraste, incluso en profundidades variables o a través de incisiones mínimas.

Están formadas por múltiples bombillas o LEDs dispuestos estratégicamente para crear un haz de luz multidireccional, lo que dispersa la luz de manera uniforme sobre el espacio de trabajo. Además utilizan reflectores cóncavos y difusores para redirigir y suavizar la luz, eliminando los bordes duros y las sombras profundas que se producen con una iluminación directa.

También evitan la distorsión del color, lo cual es esencial para una correcta visualización del área de trabajo. Y, teniendo en cuenta que estos dispositivos se utilizan durante periodos prolongados, un aspecto fundamental de su diseño es la capacidad de limitar la cantidad de calor radiante que emiten. Esto es crucial para prevenir molestias y posibles daños al tejido expuesto durante la cirugía, garantizando así la seguridad del paciente.

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Tipos de lámparas quirúrgicas

Existen diferentes tipos, cada una con sus propias características y ventajas, las más comunes incluyen:

  • De una luminaria: Utilizan reflectores periféricos y suelen tener una bombilla de repuesto para garantizar la continuidad de la iluminación.
  • Multifocales: Enfocan la luz para maximizar la iluminación en el área deseada.
  • Portátiles: Ideales para situaciones de emergencia o cortes de energía.

Iluminación

En el caso de los quirófanos, se requiere una iluminancia muy alta debido a que mucha de la luz es absorbida por los tejidos y no se refleja. Este tipo de luminarias quirúrgicas deben generar una iluminancia sobre el campo quirúrgico entre 20,000 y 100,000 lux, lo que equivale a la luz del sol al mediodía.

Su temperatura de color debe estar entre 4000 y 5000 K. Otro aspecto importante es el diámetro del campo iluminado, las lámparas quirúrgicas producen planos de luz que se unen para formar un cilindro de luz homogéneo. El campo iluminado debe tener un diámetro mínimo de 20 cm y una profundidad de campo de trabajo de al menos 70 cm.

Fuente: Iluminet

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