Sabemos que el término Temperatura de Color Correlacionada (Correlated Colour Temperature o CCT en inglés) se utiliza para describir el color de una fuente de iluminación. Al tener presente que la luz blanca consiste en una mezcla de diferentes longitudes de onda, el CCT describe las proporciones relativas de los rojos y naranjas de baja frecuencia, así como los azules y violetas de alta frecuencia.
Iluminación: historia de la temperatura del color
Lo que ahora se da por hecho al elegir la iluminación adecuada, tuvo un arduo proceso para su estandarización.
Esta noción tiene su origen en la teoría de la radiación de cuerpo negro, también llamada de espectro de Planck desarrollada en 1900. Sin embargo, su uso dentro de la rama de la luminotecnia comenzaría a desarrollarse a partir de la década de 1920:
Posteriormente, otro documento que describía con mayor atención el uso de la temperatura de color en cálculos de iluminación artificial (y que se presentaría en la convención anual de la IES en octubre de 1927) sería Color Temperature classification of Natural and Artificial Illuminants escrito por el ingeniero Norman Macbeth, presidente de Macbeth Daylighting Corporation.
En su estudio, discutiría la necesidad de una clasificación de las fuentes de luz artificial sobre la base de la temperatura de color; dos escalas de valores de temperatura de color para la luz natural, junto con una serie de mediciones con lámparas de tungsteno para demostrar el rango de temperaturas.
Un atributo interesante es que analiza la influencia de las temperaturas de color en la percepción visual de los usuarios, un punto de vista que podría considerarse adelantado a su tiempo:
Años más adelante, se publicaría en 1931 un artículo denominado A Correlated Color Temperature for Illuminants. En el se describe que, debido a que la mayoría de las fuentes de luz artificiales y naturales no coinciden con exactitud con ninguno de los colores planckianos, no se les puede asignar una temperatura de color especfífica. Sin embargo, un color puede correlacionarse (de ahí el término) con un color planckiano representativo. En otras palabras consiste en comparar las luminosidades relativas de cada una de las tres colores primarios de la fuente con valores similares para la serie de Planck.
A prácticamente un siglo desde las primeras clasificaciones en cuanto a la temperatura de color, ahora sabemos casi de manera automática a reconocerlas a simple vista. De igual modo, estamos al tanto de la influencia que puede tener en la generación de espacios apropiados y confortables. Sin embargo, los estudios continúan y con cada nuevo descubrimiento debemos estar atentos para no caer en confusiones, como se expone, por ejemplo, en el artículo: Hay mucha desinformación sobre “Human Centric Lighting”: Adam Lilien. Siempre con la finalidad de utilizar el conocimiento para mejorar y fortalecer las prácticas de iluminación.
Fuente: Iluminet