El comportamiento de los usuarios se considera una de las variables más importantes que influyen en la demanda energética de los edificios, pero debido a la naturaleza incierta e impredecible y a la complejidad de su interacción con el edificio, la comprensión de su comportamiento y de su papel en la demanda energética de los edificios se considera en la mayoría de los casos inconsistente y, por tanto, basada en aproximaciones. Por este motivo, los controles de iluminación que se aplican en la actualidad suelen utilizar curvas de control predefinidas y criterios de confort estandarizados o predeterminados para suplir la falta de información en el diseño.
El usuario: la base del éxito de los sistemas de iluminación automatizada
Dado que la construcción y la iluminación representan alrededor de un tercio de las necesidades energéticas mundiales, su optimización puede contribuir al cumplimiento de los objetivos climáticos y medioambientales.
En muchos edificios se utilizan controles de iluminación automatizados, ya que demuestran ser más eficientes energéticamente que los sistemas manuales. Por ejemplo, la detección de presencia (realizada normalmente mediante sensores infrarrojos y utilizando tiempos de retardo generalizados) se utiliza para encender la iluminación sólo donde y cuando se necesita. Los sensores de iluminación se utilizan para ajustar la iluminación artificial en función de la luz natural disponible, de forma que se cumplan los requisitos normativos y se reduzca el consumo de energía. Los sistemas de fachada suelen controlarse según horarios fijos para reducir el deslumbramiento y el sobrecalentamiento.
Para conseguir el máximo ahorro energético, se suelen recomendar combinaciones de varias técnicas. Sin embargo, los sistemas de iluminación totalmente automatizados conllevan el riesgo de reducir la satisfacción del usuario. Por esta razón, se utilizan sistemas parcialmente automatizados, siendo necesario un alto nivel de mapeo del usuario para maximizar los beneficios de la iluminación automatizada en términos de ahorro de energía.
Las preferencias de iluminación pueden variar mucho de una persona a otra, lo cual se ignora en gran medida en los sistemas de control de la iluminación basados en valores y modelos predefinidos de aplicación general. Lo que ocasiona que el usuario tienda a anular el sistema automático. Por lo tanto, no es de extrañar que la mayoría de los sistemas de gestión de edificios disponibles en la actualidad no sean adecuados para las tareas relacionadas con los usuarios
Los indicadores clave de rendimiento (KPI , por sus siglas en inglés) de los sistemas de iluminación son la eficiencia energética, el confort visual y térmico, la satisfacción del usuario y la salud. Los KPI técnicos que suelen exigir el hardware y el software de los sistemas de control son la fiabilidad, la operabilidad y la funcionalidad.
La garantía de los requisitos establecidos para los indicadores de rendimiento de la iluminación dependen en gran medida del grado de adaptación del usuario, así como de la eficiencia energética, lo que crea la necesidad de información detallada sobre el usuario. Estos datos suelen ser difíciles de recopilar, por lo que actualmente muchos edificios se basan en información aproximada. Para recopilar los datos de control necesarios, una opción adecuada es combinar varios métodos de recopilación directa e implícita (por ejemplo, sensores PIR e iluminancia integrados en luminarias con actividades de PC/red) y un procesamiento directo de la información que cumpla la normativa de protección de datos.
Así, un enfoque interdisciplinario de las ciencias sociales y los métodos de ingeniería pueden ayudar a descubrir el comportamiento de los usuarios y hacerlo utilizable para los sistemas de control.
Dado que la construcción representa alrededor de un tercio de las necesidades energéticas mundiales y siendo la iluminación uno de los principales consumidores de energía dentro de la industria, la optimización de los sistemas de iluminación de oficinas centrados en el usuario puede contribuir al cumplimiento de los objetivos de la política climática y medioambiental.
Fuente: Iluminet