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Tipos de hormigón y sus usos en la construcción

El hormigón es, sin lugar a duda el material por excelencia en la construcción actual. Estas son sus características básicas y particularidades.

¿QUÉ ES EL HORMIGÓN?

Llamamos hormigón a la argamasa formada por cemento, grava, arena y agua. Aunque, algunos tipos de hormigón, como veremos más adelante también pueden incluir algún tipo de aditivo o de componente “extra”.

Las proporciones de estos componentes puede variar, en función de las propiedades que, los diferentes tipos de hormigón deban tener.

Aunque, la “receta” de hormigón más generalizada es la de:

  • 1 parte de cemento.
  • 3 partes de arena.
  • 4 partes de grava.
  • 1 parte de agua.

Debemos indicar que la cantidad de agua se puede aumentar para aquellos tipos de hormigón que necesiten una mejor trabajabilidad, pero debemos tener en cuenta que, cuanta más agua aportemos, menor será la resistencia del hormigón.

A diferencia de los morteros o adhesivos de base cementosa, para preparar, correctamente un buen hormigón, deberemos mezclar, en primer lugar, todos los áridos (cemento, arena y grava) y añadir, al final y de manera progresiva, el agua.

TIPOS DE HORMIGÓN MÁS COMUNES

Los tipos de hormigón más comunes son:

HORMIGÓN ARMADO

Utilizado principalmente para estructuras que requieren una mayor resistencia a la tracción. Se forma, principalmente, añadiendo refuerzos metálicos (malla o varilla de acero) al hormigón ordinario.

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HORMIGÓN PRETENSADO

Se trata de una variedad del hormigón armado. La diferencia radica en que los elementos que conforman el refuerzo de acero se tensan antes de su uso. Con este tipo de hormigón se obtiene elementos prefabricados con una mayor resistencia a la tracción.

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HORMIGÓN CELULAR

También conocido como hormigón aireado. Es el resultado de añadir aluminio a la mezcla de cemento, arena y agua. La reacción del aluminio con el agua produce hidrógeno, que al expandirse genera poros en el hormigón. Este tipo de hormigón es de producción industrial y se sirve en bloques. Sus principales ventajas son la reducción de peso y su gran capacidad aislante.

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HORMIGÓN FRATASADO

En realidad, el fratasado no es un tipo de hormigón especial, en lo que a formulación se refiere. La particularidad de este tipo de hormigón es cómo se aplica. En lugar de aplicarlo y dejarlo fraguar, a este hormigón se le deja reposar entre 25 y 30 minutos para posteriormente trabajar la superficie con el fratás (también conocido como helicóptero) para ir puliéndola, poco a poco. La principal ventaja del hormigón fratasado es la resistencia y la capacidad de carga de la superficie de rodadura.

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HORMIGÓN IMPRESO

Como su propio nombre indica, este tipo de hormigón se caracteriza por su acabado y su gran ventaja es la estética. El hormigón impreso, no deja ser un tipo de hormigón básico al que, tras la aplicación y raseado, se le aporta una pigmentación y, mediante el uso de moldes, se le da textura.

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VENTAJAS GENERALES DEL HORMIGÓN

Entre las muchas ventajas que presentan los diferentes tipos de hormigón, destacaremos como las más generales:

  • Su resistencia.
  • Su versatilidad.
  • Su durabilidad.
  • Es ininflamable.
  • Sus propiedades aislantes (entre ellas la capacidad de soportar la radiación nuclear).
  • Es reciclable.

– Sus componentes básicos, son muy fáciles de encontrar.

LA DENSIDAD DE LOS DIFERENTES TIPOS DE HORMIGÓN ES MUY IMPORTANTE

Efectivamente, esta característica es de vital importancia para determinar la aplicación de un tipo de hormigón.

Teniendo en cuenta que los ingredientes básicos de todo tipo de hormigón son, el cemento, el agua, la arena y la grava. Será, esta última, la que determine la densidad del tipo de hormigón resultante.

La densidad del hormigón es de vital importancia porque aportará la resistencia necesaria para cada tipo de aplicación.

En general nos encontraremos con:

  • Hormigones pesados: con densidades superiores a los 3.000 kg/cm3. Se utilizan principalmente en la construcción de contrapesos para puentes, instalaciones nucleares, blindaje de estructuras.
  • Hormigones normales: con una densidad comprendida entre los 2.000 y los 3.000 kg/cm3. Suelen ser los habituales en los encofrados y estructuras (cimientos, pilares, etc.)
  • Hormigones ligeros: con densidades inferiores a los 2.000 kg/cm3 (el valor más común suele estar entre los 800 y los 1.800 kg/cm3) es necesario la incorporación de aire y algunos aditivos. Se suelen utilizar para rellenar azoteas o la construcción de elementos no estructurales.

Como veis, el hormigón es uno de los materiales más versátiles entre todos los utilizados en la construcción actual.

Fuente: RUBI

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