Artículos técnicos | Ecosistema | Andrés Martínez | Medio Ambiente

Ecosistema - Aprender a habitar

Nuestra primera piel es un verdadero ecosistema de microorganismos que incluye grandes cantidades de hongos, bacterias y virus.

Defendía Hundertwasser, un provocativo y visionario arquitecto austriaco, que nuestro hogar era nuestra tercera piel. La primera era nuestra propia epidermis, la segunda nuestra ropa, la cuarta nuestra identidad y la quinta nuestro planeta.

Nuestra primera piel es un verdadero ecosistema de microorganismos que incluye grandes cantidades de hongos, bacterias y virus. Todo nuestro organismo, de hecho, es un verdadero universo cuyo genoma microbiano es varias veces superior al de nuestras “propias” células.

Me resulta sugerente imaginar cómo estos preciados contornos “nuestros” se desdibujan, se deslíen, se hacen permeables y nos permiten expandirnos.

Si así fuera, ¿dónde empezaríamos?, ¿dónde terminaríamos? Dicho de otra forma, ¿cuál es nuestro sitio en este mundo? ¿Podemos seguir observando los contornos como meras fronteras?

Este continuum en el que somos, nos conforma y nos inunda, incluso a pesar nuestro. Ante nuestra fascinación por identificar e identificarnos bajo formas objetivamente engañosas, la vida de la que formamos parte indisoluble exhibe su danza desbordante. Si perdemos cintura, podemos darnos por muertos. O casi.

(Durante un buen rato, he pensado en eliminar parte de este último párrafo, apostillarlo para evitar reparos, pero finalmente me he negado. Es lo que intuyo y ahí está).

En cualquier caso, una cosa parece clara. Ya no podemos entendernos asépticamente separados de nuestro entorno. Nuestra salud depende de él, hasta el punto de que si, por alguna circunstancia, llegamos a perder nuestra tolerancia para reaccionar a las condiciones del medio en el que vivimos, nuestro organismo colapsa. Tendremos ocasión para charlar largo y tendido sobre enfermedades ambientales otro día.

Nuestra limitada mirada de supervivientes, poco dada a veleidades, nos oculta las más de las veces esta otra realidad abierta, global y dinámica. Nos mantiene de manera relativamente solvente en un mundo de formas limitadas, estancas y mecánicas, que no es poco. Pero no es todo.

Se me antoja que dejar surgir en nosotros una nueva mirada sobre todo lo vivo sería no sólo bello sino urgente. Un lujo sólo al alcance de la más absoluta austeridad.

Sólo la vida que así se construya, merecerá tal nombre. Esa es la bioconstrucción a la que me siento impulsado. Una bioconstrucción que no se agota ni en la técnica, ni en los materiales, ni en las casas, ni en nuestra salud. Una bioconstrucción que me impulsa a aprender a habitar de nuevo.

imagen.png

Andrés Martínez Espinosa

Arquitecto técnico, máster en bioconstrucción y técnico en salud geoambiental. Asesor del Instituto Español de Baubiologie (IEB). Me he formado en eficiencia y certificación energéticas. Además soy técnico superior en prevención de riesgos laborales y máster en sistemas integrados de gestión.

Hoy, mi principal ocupación es contar lo que he aprendido y experimentado durante mis 20 años de andadura profesional acerca de cómo habitar y construir poniendo la vida, las personas y el entorno en el centro. Así que si estás pensado en poner en marcha un proyecto de construcción o rehabilitación de tu vivienda o espacio de trabajo es muy probable que hayas llegado a un sitio interesante para tí.

Si eres autoconstructor o autopromotor, propietario o arrendatario de una vivienda, artesano de la construcción o estás interesado en la influencia que tienen las viviendas en nuestra salud, aquí encontrarás experiencias, información y recursos útiles.

También puedo ayudarte si necesitas formarte para poner en marcha tus ideas, resolver dudas, planificar y diseñar tu proyecto o controlar el desarrollo de tu obra.

Contar conmigo puede interesarte. Contar con mi conocimiento, mis ideas, mis contactos y mis experiencias, también.

Dejá tu comentario