Algas, bacterias, microorganismos y micelio serán los ingredientes que den forma a los materiales del futuro gracias al biodiseño. Estos se encuentran fácilmente en nuestro entorno y son organismos de rápido crecimiento. Además, son viejos conocidos, lo que nos permitirá trabajar más fácilmente en el desarrollo de materiales realmente biodegradables, y no *biodesagradables.
Bio-diseño, la clave vuelve a estar en la arquitectura en la naturaleza
Desde la arquitectura y el diseño de mobiliario, hasta el mundo del lujo (con pieles y diamantes de laboratorio), pasando por la industria alimenticia.
Materiales vivos
En los próximos años habrá un gran boom en este campo y alcanzará a muy distintos entornos. Desde la arquitectura y el diseño de mobiliario, hasta el mundo del lujo (con pieles y diamantes de laboratorio), pasando por la industria alimenticia. Empezaremos a oír hablar del cultivo de materiales y de biología sintética. La era de la producción industrial en masa acabará siendo algo del pasado. No será, solamente, una respuesta ética para intentar paliar el desastre medioambiental que hemos ocasionado en el último siglo. Será, también, una forma de conectar con un consumidor más econsciente y que busca propuestas más genuinas y respetuosas con el medio ambiente.
La madre naturaleza, la bióloga por excelencia
Durante casi cuatro billones de años nuestro planeta ha trabajado incesantemente en el desarrollo de prototipos, en la mejora de sus diseños… Ha generado complejos sistemas de reciclaje y ha creado auténticas obras de ingeniería. Ningún humano ha sido capaz de superar su nivel de perfección. En esta dirección, Natsai Audrey Chieza, fundadora de la compañía de biodiseño Faber Futures, declara: “nuestro objetivo es aprovechar la sabiduría de la naturaleza y aprender a crear auténticos sistemas vivientes”. Los grandes protagonistas de esta bio-revolución son sin duda las microalgas y los hongos. De hecho, acapararon todas las miradas en la última Semana del Diseño de Milán . En la exposición "Microbios II: Un día hecho con microalgas", se podía ver su aplicación tanto en textiles, como materiales sólidos. El equipo de Atelier Luma´s Algae Lab presentó una colección de vajillas realizadas con un** biomaterial** que recordaba al mejor cristal veneciano.
Bio-facturación, la palabra del futuro
Quizá ahora nos suene extraño, pero en breve será una de los conceptos más buscados en Google. La comunidad científica no solo ve la bio-facturación como un apasionante campo de desarrollo sino como una respuesta que potencialmente podría dar soluciones a muchos de los problemas que tenemos a día de hoy: reciclaje más efectivo, reducción de emisiones, un drástico descenso de los desechos que arrojamos o la producción de materiales no nocivos para nuestro entorno… En el reciente simposio internacional London Design Degree Shows que tuvo lugar el año pasado ya lo pronosticaban: “la creación de sistemas simbióticos será clave tanto para los creadores como para los consumidores. Supone una forma de creación y consumo mucho más sostenible”. En esta dirección la diseñadora y científica del MIT, Neri Oxman, recientemente proclamaba, “vamos a pasar de la era de las máquinas a la era de los organismos. Como diseñador es todo un reto pensar que acabaremos cultivando productos en vez de ensamblarlos”.
La poesía de los microrganismos
Contrariamente a lo que propuso la Revolución Industrial y su paradigma de la producción en masa de réplicas perfectas y ultra resistentes, la bio-facturación tiene un componente de aleatoria libertad en el que sus biocomponentes, con su rango de expresión/variación, tiene mucho que decir. Y esto, para los creadores y artesanos del nuevo siglo tiene una poesía intrínseca ya que los microrganismos empleados acabarán por modificar el diseño original, dotándole de una unicidad irrepetible. El trabajo de Laura Pelizzari es un buen ejemplo. Ella crea diseños estimulando el crecimiento de las microalgas que emplea, según cómo organiza su exposición a la luz. Pero el resultado final varía debido a que en cada diseño las algas pueden reaccionar de forma distinta, dando un color u otro, creciendo más o menos rápido, más o menos uniformemente… Las Full Grown Chairs, de Gavin Munro, sorprenden por su inesperada y asombrosa presencia. En origen se planta un árbol en el que se injerta una silla. Su evolución siempre es única y diferente.
Bacterias que diseñan tejidos
Después de tanto luchar contra ellas a lo largo de la historia, al final hay que pensar en positivo… Si no puedes con tu enemigo, únete a él. Equipos multidisciplinares de ingenieros investigan arduamente el papel creativo que las bacterias pueden tener en el desarrollo de tejidos y materiales sensibles e incluso “vivientes”. Puma, en colaboración con el prestigioso MIT y la compañía Biorealize han creado un material a base de bacterias que puede adaptarse a las necesidades del usuario. Lo han plasmado en un concept design denominado el Calzado que Respira. Las bacterias actúan “devorando” la parte del zapato que necesita ventilación. La Universidad de Edinburgo, por su parte, ha creado un tipo de plástico biodegradable en el que las bacterias que lo conforman podrían descomponerlo al final de su vida útil. Esto sí que es reciclar, bueno, fago-reciclar.
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