La construcción genera un 37% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial. Esto es así porque es una industria que utiliza cemento, acero y aluminio, materiales que por sí mismos conllevan una importante huella de carbono.
Materiales de construcción sostenibles: el debate que la arquitectura tiene pendiente
El boom de la construcción no para ¿no es tiempo de hablar de su responsabilidad en el cambio climático? ¿y en cómo debería adaptarse para ser sostenible?
Te compartimos algunos datos para entender por qué es tiempo de crear y elegir otras maneras de edificar.
Materiales de construcción y cambio climático
Sabemos que para frenar el calentamiento global debemos cambiar la forma en que llevamos adelante nuestras actividades como sociedad. En este sentido, sólo haciendo que la sostenibilidad sea una cualidad transversal a todas las áreas lograremos un futuro justo y verde para todos los seres del planeta.
De eso se trata el reciente informe, “Materiales de construcción y el clima: Construyendo un nuevo futuro“, elaborado por el PNUMA y el Centro Yale para Ecosistemas + Arquitectura (Yale CEA).
Los especialistas plantean que ya no basta con la visión clásica que busca moderar las emisiones derivadas de la calefacción, la refrigeración y la iluminación de los edificios. Hay que anticiparse a eso e ir al momento en que se decide con qué y cómo se construirá.
Es por esto que es urgente generar soluciones innovadoras para que el diseño, producción y utilización de materiales, como el cemento, el acero y el aluminio, sean lo menos contaminantes posibles.
Para lograr descarbonizar los materiales de construcción hay tres estrategias generales que deben aplicarse conjuntamente:
Evitar la extracción y producción innecesarias.Cambiar a materiales de construcción renovables.Mejorar la descarbonización de los materiales de construcción convencionales.
El documento propone otras formas para hacer más sostenible al sector como integrar madera, el bambú y la generación de energía por biomasa, lo que ayudaría a evitar 40% de los emisiones para 2040. O bien hacer foco en los desechos aplicando una visión de economía circular que permita evitar su generación.
Repensar la forma de construir: la bioarquitectura, otra forma posible
Para alimentar la imaginación y entender que hay maneras distintas de erigir ciudades, traemos el ejemplo de la bioarquitectura que nos demuestra que construir puede ir más allá del lucro y volver a su esencia: crear espacios saludables y disfrutables poniendo a las personas en el centro.
Esta variante de la arquitectura se enfoca en utilizar nuevas alternativas, innovar o recuperar tecnologías ancestrales para superar los problemas de agresión y daño ambiental creados por los modos actuales de diseño y construcción.
Quienes adhieren a la bioarquitectura buscan diseñar, construir y mantener hábitats sustentables y sostenibles. Desde esta visión, edificio, habitantes-usuarios y ambiente constituyen una unidad indivisible que debe ser atendida mediante la utilización de sistemas constructivos coherentes con los adelantos y el confort actuales, pero sin perder de vista que el objetivo final: la salud y el bienestar integral de quienes harán uso de esas construcciones, considerando incluso la vida de las generaciones venideras y el futuro de su ambiente.
En definitiva, se trata de recordar que los lugares donde transcurre nuestra vida deben ser saludables, disfrutables y adecuados para albergar todas nuestras actividades. Para eso, no sólo sustituyen los materiales tóxicos o peligrosos por otros naturales y no contaminantes, sino además para alcanzar la mayor eficiencia energética posible y el mayor ahorro de materias primas, con sus consecuentes beneficios económicos y ecológicos.
Fuente: Greenpeace