El proyecto PS-50, creado por Langarita Navarro, se erige como una rotunda expresión de arquitectura que dialoga con un paisaje costero extraordinario y escarpado, expuesto al embate del viento Atlántico en Tarifa. En este contexto desafiante, la vivienda se plantea como un refugio bajo una densa capa vegetal, buscando la grandeza en su diseño y la discreción en su presencia, al tiempo que juega con la interacción entre los volúmenes y los materiales.
Arquitectura elegante y sobria frente al océano
El proyecto de arquitectura PS-50 en el Atlántico sur español sobre sale con elegancia y sobriedad, con un paisaje extraodinario.
Cubierta vegetal
La cubierta se presenta como una extensa sección de terreno elevada sobre una robusta losa de hormigón, que soporta una cubierta vegetal, restaurando así la vegetación preexistente. Su diseño en zigzag reduce el peso propio de la estructura y aporta una sensación de ligereza, como si fuera una tela ondeando al viento.
Una serie de muros paralelos se despliega en la planta de la vivienda, acariciando la parte inferior de la cubierta. Esta disposición no solo organiza los diferentes espacios, sino que también se adapta a los cambiantes vientos de poniente y levante. Manipulando los paneles de vidrio, es posible configurar la exposición o la protección ante los vientos dominantes, como si se tratara de las velas de un barco.
El volumen principal de la vivienda se eleva, encajándose en el terreno, y se asoma al mar como una proa de barco. Desde aquí, se despliegan una serie de gradas y escaleras que conducen a la piscina y al terreno circundante. El acceso se produce a través de un patio abierto al mar, ascendiendo por una amplia escalera helicoidal que rodea un exuberante jardín, protegido del viento.
La materialidad se compone de muros de cal, planos horizontales de hormigón, acero reflectante y carpinterías de tonos oscuros, lo que dificulta su percepción desde el mar. La vivienda se mimetiza con los colores del entorno natural, camuflándose entre los arbustos y la roca caliza.
Además, se realiza una reconstrucción del cuerpo vegetal mediante la plantación de especies autóctonas de bajo consumo, tanto en el espacio libre de la parcela como en la cubierta. Esto tiene como objetivo, a medio plazo, devolver al paisaje su imagen previa a la construcción y reducir la carga térmica de la vivienda mediante la evapotranspiración del conjunto.
El proyecto PS-50 es un ejemplo magistral de arquitectura que respeta y se integra en su entorno, al mismo tiempo que ofrece un espacio habitable excepcional y estrechamente conectado con la naturaleza circundante.
Fuente: Despierta y mira