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El aislamiento térmico: cómo ahorrar en la factura de la luz

Las opciones más prioritarias en las reformas empiezan por reforzar el aislamiento térmico de los hogares. Se trata de una inversión menor para ahorrar dinero

Cuando se habla de rehabilitación de vividas para frenar la evolución de la pobreza energética, las opciones más prioritarias en las reformas empiezan por reforzar el aislamiento térmico de los hogares. ¿Por qué? Porque se trata de una inversión menor que puede ahorrar mucho dinero en la factura de la luz.

En cuestiones de eficiencia y ahorro, todo cuenta. Desde la renovación de aparatos eléctricos, pasando por elegir la tarifa más barata, hasta los materiales que nos aíslan de las temperaturas del exterior, tanto en verano como en invierno. En una y otra climatología vamos a hacer uso finalmente de equipamiento que nos garantice un confort en nuestros domicilios.

Ventanas: punto de partida para reforzar el aislamiento térmico de los hogares

Las ventanas, siempre presentes en las viviendas, son el primer elemento que debe estudiarse para reforzar el aislamiento térmico. Las más indicadas puede llegar a ahorrarnos hasta 1.000 euros al año en la factura de la luz.

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Normalmente, las ventanas son el primer punto de análisis de asilamiento porque se considera que son el punto más vulnerable de los edificios. De este modo, las primeras actuaciones en una rehabilitación pasan precisamente por estos elementos, ya que por ellas se suele escapar entre un 20%-40% del consumo energético.

¿Cómo saber si las ventas son adecuadas?

Esta labor de análisis es llevada a cabo por expertos sobre eficiencia energética, pero también se pueden hacer una serie de pruebas a nivel particular. A través de una pistola termográfica que se puede comprar en Amazon, por ejemplo, visualizaremos la temperatura de superficies próximas a la ventana.

Un modo más casero de comprobar el asilamiento térmico de nuestras ventas consiste en acercar un mechero encendido al marco interior de la ventana y comprobar si se mueve la llama. Si se mueve, indica que está pasando el aire al interior de la vivienda y si se apaga significa que el asilamiento término de la ventana es nulo.

En ese caso es recomendable llevar a cabo una acción de rehabilitación que puede ser más o menos costosa. Más asequible será instalar juntas de aislamiento y más inversión conllevará realizar un cambio de ventanas.

Fuente: Directivos y Empresas

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